sábado, 13 de junio de 2009
De la gran depresión de EU nació el Social Security
Israel IBARRA GONZÁLEZ
el mexicano
TIJUANA.- El presente año nos depara una contracción de la economía nacional del orden del 7.1 por ciento, la pérdida de más de un millón de empleos, y por si fuera poco los pronósticos para el año 2010 no son halagadores, pues la actividad económica no será suficiente si quiera para iniciar la recuperación de lo perdido, expresó Rubén Roa Dueñas, presidente del Colegio Estatal de Economistas de Baja California.
Dijo que hay economistas que a manera de broma identifican la diferencia entre recesión y depresión en que “una recesión es cuando hay personas sin empleo, mientras en una depresión uno mismo está incluido en el desempleo”.
Y en verdad hay algo de cierto en esta frase, pues la depresión consiste en una seria y prolongada recesión: más gente está desempleada y por largos periodos de tiempo.
Dijo que aunque la frase pueda interpretarse de mal gusto, considerando el egoísmo con que se identifica la racionalidad de las personas que sólo se preocupan por si mismas y no por lo demás.
“No es necesariamente lo que pensemos siempre los economistas: pues si sólo porque hay algo que te interese como lo mejor para ti, no quiere decir que no te importe lo que le pueda suceder a otros en tu ciudad o en el mundo”, expuso.
Dijo que durante la gran depresión de lo años 30, se observó esa recesión prolongada desde inicios de 1929 hacia 1934 donde el comercio mundial y el PIB de Estados Unidos (EEUU) disminuyó en un 66 por ciento y 68 por ciento, respectivamente.
En el mismo periodo de tiempo, el desempleo en los Estados Unidos se disparó del 8 por ciento al 20 por ciento, y uno de cada cuatro trabajadores habría perdido su empleo.
Eso causó gran pánico en la sociedad norteamericana, en respuesta el gobierno se programó y actuó para acabar con el mal: dictó la ley para la recuperación industrial nacional, creó el cuerpo civil de conservación y sentó las bases para configurar un formidable sistema de ahorro para el retiro (social security).
En el año 2008, se vivió en México la consecuencia de la crisis de las hipotecas “subprime” de EEUU de mediados del 2007, que tuvo un fuerte impacto en el mercado financiero mundial y nuestro país no fue la excepción, pues entre otros factores obligó a que la economía mexicana creciera sólo en un 1.3 por ciento, considerando una contracción del 0.7 por ciento en la actividad industrial y una reducción del empleo del orden de 0.27 por ciento respecto a los registrados en el IMSS durante el año anterior.
Lo anterior fue recrudecido por la quiebra en septiembre de Lehman Brothers, que generó una gran incertidumbre sobre la calidad de los activos en poder de las instituciones financieras y por consecuencia tuvo un impacto directo en la pérdida de liquidez mundial.
En definitiva, la diferencia entre una recesión y una depresión es considerable, no sólo en su concepción semántica sino en su solución: a grandes males, grandes remedios.
Sin duda, se necesita discutir y replantear el modelo económico de nuestro país, pero en lo inmediato se requiere con apremio de una actuación enérgica que solucione nuestro problema de liquidez, mejore la confianza de los consumidores, fortalezca sus finanzas públicas y se proteja al país frente a choques externos.
Robert Zoellick, presidente del Banco Mundial, lo dijo: “si no tomamos medidas… corremos el riesgo que esto llegue a ser una grave crisis humana y social, con implicaciones políticas muy importantes”. (iig).
http://www.el-mexicano.com.mx/noticias/estatal/2009/06/13/355486/se-perderan-un-millon-de-empleos-en-el-2009.aspx
De la gran depresión de EU nació el Social Security
Israel IBARRA GONZÁLEZ
el mexicano
TIJUANA.- El presente año nos depara una contracción de la economía nacional del orden del 7.1 por ciento, la pérdida de más de un millón de empleos, y por si fuera poco los pronósticos para el año 2010 no son halagadores, pues la actividad económica no será suficiente si quiera para iniciar la recuperación de lo perdido, expresó Rubén Roa Dueñas, presidente del Colegio Estatal de Economistas de Baja California.
Dijo que hay economistas que a manera de broma identifican la diferencia entre recesión y depresión en que “una recesión es cuando hay personas sin empleo, mientras en una depresión uno mismo está incluido en el desempleo”.
Y en verdad hay algo de cierto en esta frase, pues la depresión consiste en una seria y prolongada recesión: más gente está desempleada y por largos periodos de tiempo.
Dijo que aunque la frase pueda interpretarse de mal gusto, considerando el egoísmo con que se identifica la racionalidad de las personas que sólo se preocupan por si mismas y no por lo demás.
“No es necesariamente lo que pensemos siempre los economistas: pues si sólo porque hay algo que te interese como lo mejor para ti, no quiere decir que no te importe lo que le pueda suceder a otros en tu ciudad o en el mundo”, expuso.
Dijo que durante la gran depresión de lo años 30, se observó esa recesión prolongada desde inicios de 1929 hacia 1934 donde el comercio mundial y el PIB de Estados Unidos (EEUU) disminuyó en un 66 por ciento y 68 por ciento, respectivamente.
En el mismo periodo de tiempo, el desempleo en los Estados Unidos se disparó del 8 por ciento al 20 por ciento, y uno de cada cuatro trabajadores habría perdido su empleo.
Eso causó gran pánico en la sociedad norteamericana, en respuesta el gobierno se programó y actuó para acabar con el mal: dictó la ley para la recuperación industrial nacional, creó el cuerpo civil de conservación y sentó las bases para configurar un formidable sistema de ahorro para el retiro (social security).
En el año 2008, se vivió en México la consecuencia de la crisis de las hipotecas “subprime” de EEUU de mediados del 2007, que tuvo un fuerte impacto en el mercado financiero mundial y nuestro país no fue la excepción, pues entre otros factores obligó a que la economía mexicana creciera sólo en un 1.3 por ciento, considerando una contracción del 0.7 por ciento en la actividad industrial y una reducción del empleo del orden de 0.27 por ciento respecto a los registrados en el IMSS durante el año anterior.
Lo anterior fue recrudecido por la quiebra en septiembre de Lehman Brothers, que generó una gran incertidumbre sobre la calidad de los activos en poder de las instituciones financieras y por consecuencia tuvo un impacto directo en la pérdida de liquidez mundial.
En definitiva, la diferencia entre una recesión y una depresión es considerable, no sólo en su concepción semántica sino en su solución: a grandes males, grandes remedios.
Sin duda, se necesita discutir y replantear el modelo económico de nuestro país, pero en lo inmediato se requiere con apremio de una actuación enérgica que solucione nuestro problema de liquidez, mejore la confianza de los consumidores, fortalezca sus finanzas públicas y se proteja al país frente a choques externos.
Robert Zoellick, presidente del Banco Mundial, lo dijo: “si no tomamos medidas… corremos el riesgo que esto llegue a ser una grave crisis humana y social, con implicaciones políticas muy importantes”. (iig).
http://www.el-mexicano.com.mx/noticias/estatal/2009/06/13/355486/se-perderan-un-millon-de-empleos-en-el-2009.aspx