martes, 16 de junio de 2009
El desempleo abierto, es la cruda realidad a la que se enfrenta el “Presidente del Empleo” que en los últimos dos años no ha dado pie con bola a causas de una administración pública desequilibrada, como posible producto de disposiciones fiscales inadecuadas incluyendo la elevación de precios a las subsistencias de primera necesidad y de los combustibles, provocando con ello que la inflación avance incontrolablemente sin que se vean trazas de que surjan acciones gubernativas que traten de impedirlo.
Ese es el resultado de investigaciones de analistas que dejan saber entre otras cosas, que la crisis por la que cruza México se empezó a sentir desde octubre del 2008 afectando en principio a las fuentes laborales chicas y medianas hasta afectar grandes empresas, que ante tal situación se vieron impelidas a recortar personal, más adelante a inventar los paros técnicos y a continuación a que numerosas negociaciones cerraran operaciones por incosteabilidad, creciendo con ello la desocupación.
El gobierno en turno, no obstante de estar al tanto de esa situación, desde el principio olímpicamente la soslayó, confiando que su programa ocupacional rendiría resultados a corto plazo, el cual como se sabe, topó con piedra, pues en enero del año que corre, la crisis económica tuvo repercusión mundial, sin dejar para donde hacerse.
Hace un mes, la Secretaría del Trabajo, INEGI y Seguro Social manejaban a su muy regalado gusto sus estadísticas laborales, sin que coincidieran en números, al arrojar diferencias notables de una a otra, menos mal que las tres si consideraban la perdida de empleos y daban a conocer que la recuperación no estaba lejos de empezarse a sentir, porque al aumentar el número de gente ocupada, habría más dinero circulante, cosa muy lógica, pero da la casualidad que el asunto no tiene para cuando solucionarse y las pruebas están a la vista hasta para los timoratos, crédulos e incrédulos.
Para la Secretaría del Trabajo, de enero pasado a mayo se han perdido 698,416 empleos, El Seguro Social estima en sus estadísticas que de octubre del año pasado a mayo último quedaron sin chamba 696,437 trabajadores, como se verá la STPS tiene perdidos 3 meses, a saber octubre, noviembre y diciembre.
INEGI sin señalar años, meses y días en lo que va del actual sexenio, pero agregando al asunto el último año de Vicente Fox veladamente estima que suman más de 4 millones de mexicanos desocupados y que esa fue una de las razones que motivaron a dicho mandatario antes de concluir su período presidencial, para idear el establecimiento de changarros, ante el incontrolable avance del desempleo, cuestión que fue al fracaso desde sus orígenes, por falta de dinero entre la gente del pueblo que como sea, al fin de cuentas tiene que gastar para supervivir aunque se limite al máximo, tal como está ocurriendo.
Analistas, industriales, inversionistas y comercio organizado al menos han llegado a la conclusión, que entre los sectores más castigados por la crisis global, se encuentra la actividad turística, donde han cerrado sus puertas cientos de restaurantes, hospederías y casas de curiosidades en todo el país, por incosteabilidad, siguiendo en el orden la industria de la construcción, comerciantes en automóviles por disposiciones hacendarias, así como miles de comercios chicos, medianos y grandes, al no poder sostenerse su planta de trabajadores por falta de clientela.
Como se podrá observar, no hay control más o menos exacto de la gente desocupada en todo el país, ya que cada quien maneja las estadísticas como se le antoja cuyo problema se agravará en septiembre, al dejar las aulas miles de jóvenes que terminarán sus carreras universitarias o que corten sus estudios al concluir la secundaria y el bachillerato y salir a la calle para tratar de ganarse el sustento en lo que salga.
La desocupación en México, definitivamente es bastante seria.
http://www.el-mexicano.com.mx/noticias/estatal/2009/06/16/355908/ensenada.aspx
El desempleo abierto, es la cruda realidad a la que se enfrenta el “Presidente del Empleo” que en los últimos dos años no ha dado pie con bola a causas de una administración pública desequilibrada, como posible producto de disposiciones fiscales inadecuadas incluyendo la elevación de precios a las subsistencias de primera necesidad y de los combustibles, provocando con ello que la inflación avance incontrolablemente sin que se vean trazas de que surjan acciones gubernativas que traten de impedirlo.
Ese es el resultado de investigaciones de analistas que dejan saber entre otras cosas, que la crisis por la que cruza México se empezó a sentir desde octubre del 2008 afectando en principio a las fuentes laborales chicas y medianas hasta afectar grandes empresas, que ante tal situación se vieron impelidas a recortar personal, más adelante a inventar los paros técnicos y a continuación a que numerosas negociaciones cerraran operaciones por incosteabilidad, creciendo con ello la desocupación.
El gobierno en turno, no obstante de estar al tanto de esa situación, desde el principio olímpicamente la soslayó, confiando que su programa ocupacional rendiría resultados a corto plazo, el cual como se sabe, topó con piedra, pues en enero del año que corre, la crisis económica tuvo repercusión mundial, sin dejar para donde hacerse.
Hace un mes, la Secretaría del Trabajo, INEGI y Seguro Social manejaban a su muy regalado gusto sus estadísticas laborales, sin que coincidieran en números, al arrojar diferencias notables de una a otra, menos mal que las tres si consideraban la perdida de empleos y daban a conocer que la recuperación no estaba lejos de empezarse a sentir, porque al aumentar el número de gente ocupada, habría más dinero circulante, cosa muy lógica, pero da la casualidad que el asunto no tiene para cuando solucionarse y las pruebas están a la vista hasta para los timoratos, crédulos e incrédulos.
Para la Secretaría del Trabajo, de enero pasado a mayo se han perdido 698,416 empleos, El Seguro Social estima en sus estadísticas que de octubre del año pasado a mayo último quedaron sin chamba 696,437 trabajadores, como se verá la STPS tiene perdidos 3 meses, a saber octubre, noviembre y diciembre.
INEGI sin señalar años, meses y días en lo que va del actual sexenio, pero agregando al asunto el último año de Vicente Fox veladamente estima que suman más de 4 millones de mexicanos desocupados y que esa fue una de las razones que motivaron a dicho mandatario antes de concluir su período presidencial, para idear el establecimiento de changarros, ante el incontrolable avance del desempleo, cuestión que fue al fracaso desde sus orígenes, por falta de dinero entre la gente del pueblo que como sea, al fin de cuentas tiene que gastar para supervivir aunque se limite al máximo, tal como está ocurriendo.
Analistas, industriales, inversionistas y comercio organizado al menos han llegado a la conclusión, que entre los sectores más castigados por la crisis global, se encuentra la actividad turística, donde han cerrado sus puertas cientos de restaurantes, hospederías y casas de curiosidades en todo el país, por incosteabilidad, siguiendo en el orden la industria de la construcción, comerciantes en automóviles por disposiciones hacendarias, así como miles de comercios chicos, medianos y grandes, al no poder sostenerse su planta de trabajadores por falta de clientela.
Como se podrá observar, no hay control más o menos exacto de la gente desocupada en todo el país, ya que cada quien maneja las estadísticas como se le antoja cuyo problema se agravará en septiembre, al dejar las aulas miles de jóvenes que terminarán sus carreras universitarias o que corten sus estudios al concluir la secundaria y el bachillerato y salir a la calle para tratar de ganarse el sustento en lo que salga.
La desocupación en México, definitivamente es bastante seria.
http://www.el-mexicano.com.mx/noticias/estatal/2009/06/16/355908/ensenada.aspx